… a mí se me ha conocido como víctima del terrorismo por la total destrucción del caserío donde vivía con mis padres en octubre de 1999. Pudieron salir entre las llamas y no tuvimos que lamentar pérdidas personales, pero al margen de este hecho que fue muy conocido, he sido objeto de numerosas pintadas, pasquines, caravanas de coches, concentraciones delante de mi lugar de trabajo, de mi casa, de donde tuviera una actividad en la que yo interviniera. De grupos de personas que me perseguían con pancartas por las calles de Tolosa, de llamadas amenazantes, bombas caseras en el despacho, es decir toda la gama que se considera de kale borroka o violencia de persecución.
Todo esto lo he vivido siendo afiliada del PNV y residiendo en un pequeño municipio de Tolosaldea, y mi culpa, entre comillas lo de culpa, ha sido defender como abogada a concejales o baserritarras de municipios rurales frente a actitudes mafiosas o dictatoriales de determinada ideología que detrás tiene el apoyo de las armas…