Una generación educada para dejar pasar la vida.

Tenías que ser terriblemente comprensiva. Si venía un poco bebido no pasaba nada, "oye, pues los hombres tienen que tener sus escapes, y su esto..." O sea, nunca, la mujer no tenía ninguna forma de expresión, de decir, "pues oye yo, porque", de pensar simplemente. A la mujer, yo fundamentalmente, lo que más le hecho la culpa al franquismo es que a la mujer no se le enseñó a pensar, y eso queda muy bien reflejau en la película [Función de noche, 1981]. No. Dejábamos pasar la vida. No, sentarte a pensar, es que no nos han enseñado a decir “oye, piensa por qué esto es así, así y así”. No nos lo han enseñado. Entonces, no teníamos mayor preocupación que el marido trabajase, viniese a casa, pues eso, trajese un dinero y tal, y, para vivir cómodamente y que los hijos estuvieran sanos y tal, y punto. Y no había, no había más.