Ellas a misa y ellos a la Casa del Pueblo

Yo he visto que las mujeres de muchos socialistas iban a la iglesia, iban a misa. Pero no había: “Por qué tú has ido a misa? Y por qué no…?”
Los maridos, ellos iban a la Casa del Pueblo que se llamaba, a echar la partida, allí estaban con las banderas republicanas y cantaban: “Arriba los pobres del mundo…” y todo eso. Y las mujeres iban a misa, pero no había pelea entre marido y mujer.
A ella le gustaba ir a misa, él lo respetaba, a él le gustaba ir a la casa social, pues iba. Y echaba la partida allí, se tomaba su roncito o lo que sea.
En Sestao, en la plaza Urbinaga, en la casa del pueblo que le llamaban, allí estaba la bandera socialista, roja, amarilla y morada que era la republicana. Y allí iban.
Y las mujeres iban siempre a misa. Y no había discordias.
Porque yo he vivido toda la vida entresuelos, o sea que vivía en el primer piso y eso.
Pero no he visto discordias porque la mujer iría a misa.
Se respetaban.