Profesor de música

Cuando yo tenía siete años, me sabía los cinco años de solfeo con toda la teoría y toda la parafernalia del demonio, de las claves dichosas, que yo siempre estoy diciendo que no se debería enseñar a los niños las claves, que no sirven para nada, que con la de sol y la de fa ya vale.
Y además estaba en quinto de piano, y las personas que hayan estudiado piano se pueden dar cuenta lo que es que una niña de siete años esté en quinto de piano y además me sabía todo de memoria y me lo sigo sabiendo, todavía no se me ha olvidado.
Y tenía Amenábar una ilusión tremenda de cuando tuviera diez años llevarme a Madrid y hacerme examinar de golpe de toda la carrera y dejarlos a todos con la boca abierta. Pero, el pobre señor se murió cuando yo tenía siete.
Entonces mi madre que estaba hasta la coronilla de él, de mí, y de mis prodigios y de mis portentos y de la ilusión del señor, decidió, que cuando cumpliera, que no me ponía profesor de música en casa…